Un Perú dividido decide su elección presidencial más polarizada

France24 2021-06-06

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Las diferencias ideológicas de los aspirantes Keiko Fujimori y Pedro Castillo han polarizado aún más si cabe a una sociedad hastiada de la política, la corrupción y la falta de perspectiva económica. Más de 25 millones de electores peruanos tienen en sus manos elegir al o el próximo presidente. Y pocas veces se había visto una segunda vuelta con tanto rechazo y resignación por escoger al menos malo para la nación andina.

Los candidatos Keiko Fujimori y Pedro Castillo no solo tienen propuestas completamente distintas, sino que sus perfiles también representan mundos opuestos. Tal extremidad ha provocado que los ciudadanos vean, en función de su propia ideología, a uno de los dos como un peligro para la democracia peruana.

Con este escenario –de voto obligatorio además, solo facultativo para los mayores de 70–, aunque muchos peruanos desconfíen de ambos representantes, saben que están forzados a elegir lo que consideran “un mal menor”.

José Pedro Castillo Terrones es un maestro rural y sindicalista que se hizo conocido en Perú por liderar una huelga de maestros en 2017, que duró más de un mes. Las ideas del candidato de 51 años convencen sobre todo a las clases bajas, a quienes se inclinan por medidas de izquierda y a quienes creen que son diferentes con respecto a los últimos gobiernos, manchados de acusaciones de corrupción.

Más célebre, por su apellido, es Keiko Sofía Fujimori, de 46 años, administradora de empresas, ex primera dama y excongresista. Su partido, Fuerza Popular, es de derecha autoritaria. Y, si bien el modelo económico que propone es consecuente al de los últimos gobiernos, aglutina mucho voto en contra.

De hecho, es la tercera vez que se presenta a las elecciones presidenciales, puesto que no tuvo mayor éxito en las anteriores. ¿La tercera será la vencida? ¿Pesarán los temores instalados hacia Castillo?

Fórmula económica Castillo: foco ciudadano y peso del Estado

Entre las principales propuestas de Castillo está establecer un nuevo marco económico en el que el Estado regule el mercado. Nacionalizar empresas está entre sus cartas, buscando renegociar las condiciones de las compañías de gas y mineras.

Otra de sus iniciativas contempla invertir la proporción del reparto de utilidades. En la actualidad, el 70% de las utilidades van a favor de lo transnacional, es decir, empresas que tienen negocios en numerosos países, mientras que el 30% va favor del Estado. Como aspirante presidencial plantea que el 20% de las utilidades queden a favor de lo trasnacional, con un 80% de beneficio para la nación.

En una entrevista telefónica para France 24, Luis Benavente, director de Vox Populi, señaló que “las bases ideológicas de Perú Libre son de un partido marxista-leninista; un partido con ideología ortodoxa. Estamos hablando de un estatismo duro, no de uno intermedio, y de un dominio absoluto del Estado en la economía. En el año 1968 ya lo vivimos y fue un desastre: destruyeron la economía, no había empleo, se redujeron las inversiones…”.

Con su declaración, Benavente representa a algunos peruanos en cuanto a los miedos que despierta este candidato, que también borraría las Administradoras de Fondos de Pensiones, que son entidades privadas que se encargan, con miras a la jubilación, de organizar el 10% del sueldo bruto de una persona natural.

Así, en su Gobierno quedaría el Sistema Nacional de Pensiones (SNP), administrado por la ONP (Oficina de Normalización Previsional) que depende en gran medida del sector Economía y Finanzas. Debido al Covid-19 y la incertidumbre política, muchos ciudadanos han solicitado el retiro de sus AFP.

Por estas razones, algunos sectores de la población temen que si Pedro Castillo gana las elecciones, el país entre en el demonizado modelo socialista, con un Perú convertido en un estado similar a Venezuela. Como en otras campañas electorales de América Latina, la nación petrolera ha servido de ataque.

Sin embargo, Enzo Elguera, analista de opinión pública, dijo en entrevista a France 24 que “Castillo ha dicho que va a formar las bases de una política económica apropiada para Perú y que no va a ser similar a la de Venezuela porque tenemos otras características”.

“Ha mencionado –prosigue Elguera– que es mentira que va a hacer expropiaciones, que se va a quedar con fondos de ahorro, etc. Habla mucho del pueblo, es populista, al igual que Keiko. Lo que él menciona dentro de esta faceta populista es que va a hacer las cosas que necesite la mayoría de la población. Va a darle más protagonismo al Estado económicamente, pero no menciona específicamente un modelo. Ha moderado su discurso”.

Fórmula económica Keiko: similar a la de los últimos años, pero con más promesas

Por otro lado, una de las prioridades en los planes de Gobierno de Keiko Fujimori es reactivar la economía.

El Covid-19 ha afectado a muchos sectores en Perú, especialmente al gastronómico y al del turismo, y bajo esa idea ha prometido reducir el toque de queda para atraer más clientela. En esta línea, ha afirmado que le daría prioridad de vacunación a los trabajadores de estas áreas.

Otra de sus ideas es realizar cambios tributarios para la formalización del país, para dar más apoyo a los emprendedores y a los trabajadores informales que se han visto afectados desde el inicio de la enfermedad.

En su opinión, Luis Benavente agrega que “la propuesta económica de Keiko no es distinta a la de ahora. Economía y mercado, libre mercado, no hay control de precios. Esta economía requiere tener una base política de mayor transparencia. Debe tener un organismo regulador eficiente. Este modelo es mejor que el otro (el que propone Castillo). Se necesita un Estado que, con sus ingresos, haga una real mejora en la vida de los peruanos”.

Como decía Enzo Elguera, Keiko Fujimori no ha estado exenta del populismo del que acusan a su rival. Ya que entre sus anuncios asegura querer subir el salario mínimo –que es de 930 soles / 240 dólares–. Propone también duplicar la pensión a los adultos mayores de las poblaciones vulnerables, de 250 soles a 500 soles, es decir, de 64 dólares a 129 dólares. Por otro lado, a las familias que han perdido a algún ser querido por el coronavirus, supuestamente les dará un bono de 10.000 soles (o 2.597 dólares).

Según Elguera, estas propuestas “están centradas en la continuación del sistema de la economía de mercado, pero como es candidata populista, ha empezado a prometer una gran cantidad de bonos teniendo una gran demagogia. ¿Cuánto nos van a costar sus promesas? ¿De dónde va a sacar el dinero? Si no cumple, va a alimentar al antisistema, la mala opinión, porque va a volver a engañar a la población, y eso es un poco lo que han estado haciendo los últimos candidatos presidenciales”.

En este sentido, sobre cómo se van a cumplir financieramente esas promesas, José Tello Alfaro, miembro del Instituto Peruano de Derecho Electoral, dijo a France 24 que “si sale Keiko nos va a endeudar. Sus propuestas son reales, pero con deuda. Alguien del aplomo que tiene Carranza (economista) sabe lo que está haciendo. Es viable, pero con deuda”.

La asociación con la izquierda, mal vista por algunos peruanos

Algunos ciudadanos rechazan o temen un modelo de izquierda por la asociación que se le hace dentro del país al terrorismo histórico. Aunque Castillo tampoco corresponda cien por cien a esta categoría –resulta un candidato muy conservador en cuanto a, por ejemplo, derechos LGTBI–, se le ha asociado con la izquierda.

Cuando Benavente fue consultado al respecto afirmó que “hay media docena de congresistas de Perú Libre que se vinculan al terrorismo. Castillo estaba asociado al Movadef –organización que los medios peruanos vinculan a Sendero Luminoso–. Había una vinculación. Ven con simpatía a Antauro Humala (militar y político actualmente preso) que ha cometido actos terroristas. Peter Cárdenas, otro terrorista, ha declarado que si gana Castillo viene a Perú a hacer política. Fue el número dos del MRTA (Movimiento Revolucionario Tupac Amaru). Hay bastantes evidencias que vinculan a Castillo con el terrorismo”.

Sin embargo, para Elguera es un error hacer esta asociación terrorista. “No me parece correcto que asocien a Castillo con terrorismo. Hay campañas muy fuertes contra el comunismo. El trasfondo está plagado de mentiras y de falacias. Hay asociaciones que se le hace a la izquierda con el terrorismo porque por lo menos en Perú se subdividió en dos facciones en el pasado, una de estas se fue hacia lo ideológico y lo político, y la otra por la opción de tomar el poder por las armas y levantando al pueblo agrícola. En estos extremos se relaciona por esa razón a la izquierda con el terrorismo, por esa división originaria”.

Alfaro amplía valorando que el vínculo establecido por la gente entre el partido Perú Libre y el terrorismo es “por Vladimir Cerrón (secretario general investigado por presunto lavado de activos) y por alguna gente de izquierda que tiene pasado subversivo”.

“Como hemos tenido etapa de terrorismo comunista, es evidente que algunos lo relacionen inmediatamente. Lo que pasa es que la izquierda en Perú es confrontacional y suele ser opositora. Pero son cosas distintas, procesos diferentes. El comunismo, el socialismo, están dentro de procesos constitucionales. Es crudo asociar el terrorismo con comunismo. Terrorismo es lucha armada, mientras comunismo es una ideología política. No se pueden mezclar. Puede haber un terrorismo también de derecha”.

El antifujimorismo también agarró fuerza en estas elecciones

En cuanto al ‘antivoto’ sobre Keiko, este se debe, en gran parte, por ser hija de Alberto Fujimori, presidente de Perú entre 1990 y el 2000 –en tres periodos–, y que ahora cumple una condena de 25 años de prisión por crímenes de lesa humanidad.

Además, en este último gobierno, la figura de Keiko fue de gran influencia en la destitución de tres presidentes en un plazo de cinco años. Su oposición en el Congreso ha hecho que muchos la culpen de la inestabilidad y la ingobernabilidad que se vive hoy en día.

Asimismo, ahora carga con un peso que no cargaba antes: su pase por prisión preventiva. Por más que se encuentre en libertad, actualmente está siendo investigada y enfrenta una acusación fiscal por lavado de activos, organización criminal y obstrucción a la justicia por la que le piden 30 años de cárcel.

Debido a la desconfianza que genera en muchos compatriotas, Keiko Fujimori firmó un compromiso con la democracia promovido por organismos de la sociedad civil y las iglesias católica y evangélica. Sin embargo, la Organización Nacional de Mujeres Indígenas y Amazónicas del Perú rechazó su acto. “Puede jurar cualquier cosa que le presenten, no lo va a cumplir. Keiko Fujimori no solo niega que el régimen de su padre fue una dictadura, sino que reivindica cada acto que perpetró”, sostiene en un comunicado.

Para Luis Benavente, director del medio Vox Populi, “Keiko era muy joven. No tenía injerencia en el Gobierno. Luego fue creciendo y el régimen de Alberto Fujimori se fue corrompiendo. Las responsabilidades del Gobierno de Alberto son responsabilidad de él, no de Keiko. Un hijo no tiene porque cargar con las responsabilidades de su padre. Ella está cargando con delitos de su padre que fue una joya de corrupción y violación de derechos humanos y destrucción de las instituciones”.

La líder de Fuerza Popular y aspirante a ser la primer mujer presidenta de Perú ha reconocido que tanto ella como su equipo no han estado a la altura de estos últimos años. Ha prometido, en modo mea culpa, que si los electores se lo permiten remediará sus faltas. Lo cierto es que “la situación de Keiko”, según Benavente, es de “presidenta o presidiaria”.

El fin de la campaña: Fujimori recortó distancia, rozando un empate con Castillo

El pasado domingo, ambos candidatos se enfrentaron en el último debate previo a las elecciones. Según expertos, ninguno aprovechó las circunstancias para sacar mayor ventaja.

A pesar de que la mayoría de las encuestas han dado a Castillo como favorito, la distancia entre ambos candidatos se ha ido recortando con el paso del tiempo. Es posible que, dado el margen de error, se pueda llegar a hablar incluso de empate técnico.

El voto de peruanos en el extranjero podría ser decisivo en estas presidenciales. En la primera vuelta hubo un ausentismo del 77,13%, según un análisis electoral de peruanos en el extranjero realizado por el IPDE. Esto quiere decir que, de los casi un millón de peruanos que viven fuera, solo votaron 230.000 personas. Sin embargo, se proyecta un mayor interés de cara a esta segunda vuelta.

Enzo Elguera sostuvo para este medio que “el votante espera que los cambios en la economía no afecten su día a día. Hay temores fundados por parte de ambos candidatos. Evidentemente no sabemos qué parte de lo que prometen van a cumplir y qué va a ser una estrategia para ganar. No nos faltan razones para tener temores. Por un lado, no se van a poder cumplir las promesas económicas de la señora Keiko, y nuestro endeudamiento va a crecer. Y no sabemos con quienes se va a asociar el señor Castillo para reformular las políticas económicas”.

“Solo nos queda la esperanza de que en mucho tiempo, quien sea elegido, piense más en el pueblo que en armar un oligopolio o un grupo político para gobernar, que es lo que han hecho en los últimos gobiernos”, sentenció Elguera. Los retos para la o el próximo presidente de Perú no son pequeños.

Fuente original: France24

https://www.france24.com/es/am%C3%A9rica-latina/20210606-peru-presidenciales-candidatos-opuestos-polarizacion-voto?ref=wa

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